Sí, como bien lees, entre 1/3 a ¼ de la comida producida por el ser humano se pierde, un 56% en países desarrollados y un 44% en países en desarrollo. Según las estadísticas de Canadá, el 51% de la pérdida de comida, se produce en el propio hogar, el 18% se pierde en el procesamiento y envasado de alimentos, el 11% en tiendas, el 9% en el campo, 8% en restaurantes y servicios de alimentación y un 3% en transporte y distribución.
El gran problema del desperdicio de alimentos es la gran pérdida de nutrientes que botamos junto con ellos. Según la Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas, en Norte América y Oceanía la pérdida de alimentos equivale a 1.520 calorías (cerca de las calorías necesarias para un día completo de una persona), y en Latinoamérica equivale a 435 calorías (cantidad cercana a las calorías de un desayuno diario).
¿Cómo lo podemos evitar?
Cuando hacemos las compras... Anda a comprar con una lista, así evitarás comprar cosas demás. Compra primero los alimentos no perecibles y al final los refrigerados/congelados. Así lograrás que tus alimentos que requieren control de temperatura no pierdan su cadena de frío.
En la casa…
Cuando llegues con tus compras, ordena tu despensa de modo que queden los alimentos que están por vencer, delante de los que vencen después.
Evita volver a cocinar si aún quedan alimentos preparados en tu refrigerador.
Intenta cocinar la comida justa, para que no sobre, ¡existen medidores en el mercado que te pueden ayudar a porcionar!
Busca recetas para aprovechar todas las sobras.
Composta los desechos orgánicos.En el refrigerador… Ordena tu refrigerador de modo que los alimentos preparados queden en la parte de más arriba, luego los lácteos, luego los productos crudos, y por último las frutas y verduras en el espacio de más abajo, en las cajas. Evita colocar una excesiva cantidad de alimentos en el refrigerador para que no pierda la capacidad de enfriamiento. Controla que el refrigerador funcione de 0°C a 5°C. Congela porciones de los alimentos que sabes que no comerás la misma semana. Cuando las frutas y verduras estén muy maduras, crea preparaciones como salsas, postres, jugos, mermeladas, etc para que no se pierdan.
¡Y listo! No te imaginas todo lo que estarás ayudando al planeta.
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